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Cortesía de Norda la Kéndera

lunes, 3 de mayo de 2010

Capítulo 7: Los personajes


Aquí tienes el capítulo 7 de 10 del curso "Curso Cómo contar historias".

Recuerda: Si te registras en MailxMail puedes seguir las entregas en tu correo electrónico o bajarte un PDF con el curso entero.

Enlace:

http://www.mailxmail.com/curso-como-contar-historias/personajes

Texto:

Los personajes no son personas. Si has utilizado un modelo real para crear el protagonista de tu historia, has elegido bien, es un método rápido y que funciona, pero no te empeñes en que tu personaje actúe como lo haría su modelo en la vida real porque una historia no es la vida real. En el mejor de los casos, es la vida real reinterpretada por ti.

Tus personajes siempre tienen que tener algo especial, una cualidad que les hace singulares, pero que a la vez nos permite sentirnos identificados con ellos. Da igual que se trate de un personaje positivo o negativo; debe destacar del resto, pero cuidado: no es necesario que todos vuelen como Superman. Es el componente humano de Superman el que nos permite sentirnos identificados con él. Por muy fantástica que sea tu historia, los resortes de tus personajes, al final, están en lo más básico del ser humano. Y al revés: por muy realista que sea tu historia, con sólo describirle, tú ya estás extrayendo al personaje de esa masa difusa que le rodea, le estás haciendo especial.

La motivación es la fuerza que hace moverse al personaje y con él toda la historia. Si en toda historia sucede algo, todo personaje tiene que transformarse durante la historia. Es decir, la historia cuenta la evolución de un personaje, puede ser una iniciación o una tarde aburrido en casa, pero al final de la historia, el protagonista ya no es el mismo del principio.

Hacer hablar a tus personajes según sus circunstancias y características, escuchar en voz alta lo que se dicen y que parezca una conversación es la parte más complicada y más satisfactoria. Pero no hay que confundir escribir diálogos con transcribir una conversación. Cuando hablamos en la vida real utilizamos argot, localismos, incluso cambiamos la pronunciación de algunas palabras y la construcción de las frases en función de nuestro interlocutor y de la publicidad u otros elementos externos y caducos. Con un poco de suerte, nuestra historia perdurará en el tiempo por lo que tiene que ser comprensible aún fuera de nuestro entorno.

Para terminar, enumera tus personajes y cuéntalos. ¿Cuántos hay? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Qué función cumplen en la historia? Si hay alguno que no cumple ninguna función, elimínalo; seguro que esa escena afloja la tensión del conjunto. ¿Hay algún personaje cuya función es similar a la de otro? Por ejemplo, ¿cuántos amigos tiene tu protagonista? ¿Los necesita?

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