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Cortesía de Norda la Kéndera

lunes, 3 de mayo de 2010

Capítulo 6: La trama


Aquí tienes el capítulo 6 de 10 del curso "Curso Cómo contar historias".

Recuerda: Si te registras en MailxMail puedes seguir las entregas en tu correo electrónico o bajarte un PDF con el curso entero.

Enlace:

http://www.mailxmail.com/curso-como-contar-historias/trama

Texto:

En toda historia, por mínima que sea, hay tres partes fundamentales: presentación, nudo y desenlace. Para que podamos entender tanto la trama principal como las subtramas es necesario, ineludible, que presentemos a los personajes y planteemos las reglas del juego. Posteriormente someteremos a esos personajes a algún tipo de prueba, de sufrimiento, de broma macabra que nos permita hacerles evolucionar y, al final, decidiremos si se casan o no, si nuestro protagonista muere o le perdonamos sus pecados. Parece sencillo, pero muchas veces nos equivocamos en las proporciones.

Repasa tu historia y marca donde crees que empiezan y acaban cada una de las partes. Una buena historia siempre guarda unas proporciones armónicas: la presentación "pesa" tanto como el desenlace, teniendo mayor extensión el nudo, aproximadamente el doble que las anteriores. Esto es sólo una aproximación que puede observarse fácilmente en cualquier película.

Los errores más comunes respecto a la trama son:

- un planteamiento demasiado largo que nos aburre.

- un desarrollo que carece de tensión. Lo ideal sería que el interés en saber cómo acaba la historia fuese creciendo y que, justo antes del desenlace, estuviese en su punto máximo. Pero ojo con los desenlaces precipitados. Además, los contadores de historias principiantes tienden a los finales dramáticos (la muerte del protagonista o la pérdida de una oportunidad que no volverá a presentarse) y sorpresivos. Leer ayuda a quitarse estos vicios.

- la falta de ritmo. Hay situaciones muy interesantes, seguidas de otras que causan tedio e indiferencia. Además, el receptor tiene la sensación de que esas situaciones no conducen a ningún sitio. Todo lo que sucede, tiene que suceder porque la historia lo necesita.

Una forma eficaz de controlar la trama y subtramas de nuestra historia es hacer una escaleta. Una escaleta es la enumeración de las escenas de nuestra historia desde su comienzo hasta el final. Es muy importante que diferencies entre personajes, subtramas de un mismo personaje... Puedes complicar la escaleta tanto como quieras porque cuanto más compleja la hagas, mayor compresión tendrás de tu historia. Eso sí, recuerda que aunque hagas una escaleta maravillosa, tu historia no tiene porque mejorar. Aunque los planos de tu casa los haya diseñado un gran arquitecto, eso no garantiza la ejecución de la obra.

Además, la escaleta sirve para examinar un relato ya escrito tanto como para crear uno nuevo. A algunos contadores de historias les resulta mucho más sencillo saber a dónde van, a otros no y hay algunos que se quejan de ser incapaces de seguir el esquema que se han trazado previamente, dicen que sus personajes toman vida propia y les obligan a cambiar la historia. ¿Cuál es el problema? Siempre tendrás una alternativa a la historia que estás escribiendo.

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