LOGO DEL TALLER

LOGO DEL TALLER
Cortesía de Norda la Kéndera

viernes, 12 de marzo de 2010

Capítulo 24: Texto 4


Aquí tienes el capítulo 24 de 50 del curso "Manual de comprensión lectora".

Recuerda: Si te registras en MailxMail puedes seguir las entregas en tu correo electrónico o bajarte un PDF con el curso entero.

Enlace:

http://www.mailxmail.com/curso-manual-comprension-lectora/texto-4

Texto:

Toda manifestación de vida en nuestro planeta depende del Sol, lo mismo las ideas del cerebro humano que la reproducción de la amiba o el croar del sapo. Si el Sol se apagase de repente, si su emisión de calor y de luz quedase bruscamente interrumpida, todas las especies orgánicas perecerían en muy breve lapso. La clorofila de las hojas de las plantas, esta sustancia mediadora entre la energía solar y la vida animal, perdería su misteriosa facultad de absorber, de descomponer, el acido carbónico de la atmósfera; sin la intervención de los rayos solares, seria incapaz de transformar el carbono en esos productos orgánicos de que los hombres y los animales tienen absoluta necesidad para su subsistencia y desarrollo. Y como los seres carnívoros se nutren de sus vecinos inmediatos, los herbívoros, las reservas alimenticias de nuestro mundo se agotarían cuando desapareciese el último animal consumido por los seres humanos.
Pero el terrible espectáculo de una lucha feroz por el último trozo de alimento no será realidad, pues antes de que llegase tal momento, hombres y animales habrían muerto asfixiados por la atmósfera envenenada. Como es sabido, tanto los seres humanos como los demás animales, en su respiración exhalan un gas toxico: acido carbónico. Absorbiendo este mortífero gas, las plantas van reemplazando en silencio, merced a su misteriosa alquimia solar, los 500 millones de metros cúbicos de oxigeno que día a día consumen los seres humanos.
Algo que no hay que olvidar: fue este mismo Sol quien en los días más remotos de la Tierra, creo una atmósfera respirable para los habitantes del planeta. Sus rayos luminosos de onda corta descompusieron los vapores sulfurosos, el mefítico aliento de los volcanes, transformando en oxigeno tan dañinas emanaciones. El famoso científico Berthelot, por medio de ingeniosas experiencias, demostró que tanto el aire como los alimentos, el doble fundamento en que reposa la vida terrestre, son dones del Sol. Íntimamente asociado con la luz, el calor es el segundo de los bienes que nos da el Sol. Sin el no es concebible la vida y, especialmente, ninguna forma de vida orgánica superior. Esta consiste en una combustión lenta y continua que se apagaría inevitablemente sin el calor que la mantiene.
Ciertamente, las necesidades térmicas de la vida son sumamente variadas: las tiernas flores sucumben ante la más ligera escarcha, mientras que la pulga glacial y las algas verdes desafían las temperaturas de las regiones polares. Sin embargo, todo necesita determinada cantidad de calor. La sangre que recorre el cuerpo de los animales mayores, lo mismo que la de los pájaros o la del hombre, contiene calor solar; y hasta la actividad ultramicroscópica de las células del cerebro humano no puede desarrollarse por debajo de una temperatura determinada. Así, todo pensamiento humano, pasado y futuro, es un don del Sol".

11. Se desprende del texto que, si el Sol se apagara bruscamente:

I. Las fuentes alimenticias podrían durar un lapso considerable, permitiendo la vida precaria del hombre.
II. El hombre sobreviviría a la destrucción de las fuentes alimenticias.
III. Antes que las fuentes alimenticias, desaparecerían el hombre y los animales.
IV Toda forma de vida desaparecería al instante y simultáneamente.

a) I b) III C) IV d) II e) I, III, IV

12. De los siguientes títulos, el más adecuado para el texto es:

a) El Sol
b) Importancia de la luz y del calor para la humanidad.
c) Luz y valor
d) El Sol, gran fuente de vida
e) La vida del planeta

No hay comentarios:

Publicar un comentario