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Cortesía de Norda la Kéndera

martes, 21 de febrero de 2012

Los juegos de rol - La Ciudadela del Conde

Fuente:

http://ciudadeladelconde.wordpress.com/2010/05/20/los-juegos-de-rol/

Información:

Los juegos de rol



Partida de rol.

Yo juego a rol. No tanto ni tan a menudo como me gustaría, pero juego. Después de una afirmación como ésta, la de practicar la actividad que suele ser considerada como el epítome del frikismo (y a mucha honra), caben fundamentalmente dos posibles reacciones: La de quienes no han jugado a rol ni tienen interés en hacerlo (prejuzgando, por tanto, pues desconocen) y la del resto (esto es, los que ya han jugado y los que no, pero tienen una sanísima curiosidad, la de conocer antes de opinar). Estas líneas van dirigidas a unos y otros.

Así pues, llegamos a la inevitable y lógica pregunta: ¿Qué es un juego de rol? Una pregunta sencilla de formular (aunque no muchos la hagan, prefiriendo imaginar o inventar, que viene a ser lo mismo) pero a menudo difícil de contestar de forma que la respuesta abarque la profundidad de explicación necesaria y sea a la par comprensible. Vamos a probar. Y lo haremos como Jack El Destripador, esto es, yendo por partes. En este sentido podemos decir que los pilares básicos del juego de rol son tres:
  • 1º) Narración.
  • 2º) Imaginación.
  • 3º) Interpretación.
Perros jugando al rol.

1º) Un juego de rol es, ante todo, NARRACIÓN. Me gusta pensar que el rol tiene un mucho de la más antigua forma de narración de que tiene recuerdo la Humanidad: la tradición oral. Dado que, como en ésta, al jugar al rol los participantes se reúnen (a menudo en torno a una mesa) para participar en una narración. Sin embargo, en el caso de los juegos de rol los participantes (a partir de ahora jugadores) no se limitan a escuchar la historia que les cuenta junto al fuego el sabio anciano de la aldea (aunque lo hay, y nos referiremos a él a partir de ahora como Narrador -o “Máster”-), no. Los jugadores crean, junto con el Narrador, una NARRACIÓN COLECTIVA. Éste es el principal objeto de un juego de rol: Crear una historia entre todos.

La Llamada de Cthulhu, un juego de horror lovecraftiano.
2º)
 ¿Pero cómo funciona exactamente? ¿Cómo se juega? El Narrador, usando su IMAGINACIÓN como principal recurso, dispone una historia principal, el marco en el que la aventura se va a desarrollar (y cuyo único límite es precisamente ése, su imaginación), ya sea en la Antigua Roma o en un lejano planeta de un remoto futuro, por poner un par de ejemplos. Los jugadores, por su parte, deberán interpretar el rol de un personaje propio de dicha historia (siguiendo con los ejemplos anteriores, desde un senador o esclavo liberto romanos hasta un extraño extraterrestre con ínfulas de conquistar la Tierra), esto es,imaginar qué harían dichos personajes en las situaciones que fueran surgiendo, tomar decisiones, y narrar en consecuencia sus actos.

Juego de Rol del Capitan Alatriste.
3º)
 De esta manera, los jugadores, sin apenas percatarse de ello, están llevando a cabo una labor de INTERPRETACIÓN, se están poniendo en el lugar de dichos personajes (Personajes Jugadores a partir de ahora, o PJs), están ASUMIENDO SUS ROLES. Así como al Narrador, al ser los ojos y los oídos de los jugadores en el mundo en el que se desarrolla la aventura (a él le corresponde describir desde a qué huele en la arena del Coliseo hasta quién sale a recibirlos al desembarcar en la remota colonia espacial) también le corresponde interpretar al resto de los personajes que toman parte en la historia pero que no son interpretados por los jugadores (Personajes No Jugadores o PNJs).

Aquelarre, el juego de rol demoniaco-medieval.
Esto vendría a ser, en líneas generales, jugar al rol. ¿Qué falta? Bueno, lo de menos, diría yo: Dados, hojas de personaje y reglas que componen el sistema de juego que permite dotar de realismo al juego de rol y resolver, razonadamente o a través del azar, aquellas situaciones donde la mera narración de los hechos no es suficiente (p.ej. ¿No es acaso más probable que una femme fatale a lo años ’30 convenza a un borracho de que se juegue el cuello por ella que un ladrón pillado in fraganti convenza al policía de que aquello no es lo que parece?).

Por tanto, y como venimos diciendo, el único límite es la imaginación. ¿Desde que leíste La Ilíada de pequeño siempre deseaste salir de un caballo de madera hacia la dormida y confiada Troya? Puedes hacerlo. ¿No duermes tranquila desde que viste Titanic porque piensas que Jack sí cabía con Rose en el tablón de madera? Ésta es tu oportunidad para salvarlo. ¿Siempre te preguntaste cómo vivieron los conquistadores españoles y los amerindios los fascinantes y difíciles tiempos de la Conquista de América? ¿A qué estás esperando para embarcarte rumbo a Las Indias?

Y es tan inocente y divertido como parece...
Por lo demás… no entraré en detalles sobre la lamentable polémicaque unos demagogos y desinformados (paradójicamente) medios de comunicación y una crédula y prejuzgante audiencia y sociedad crearon en torno a una sana forma de ocio (como hacen con todo aquello que es nuevo, no entienden o se sale de los limitados parámetros de la “generalidad”). Mucho se ha dicho y escrito sobre ello, y bastaría con un poco de sana curiosidad, buena información y pensamiento crítico para no caer en tristes tópicos. Aquél que se encuentra desequilibrado acabaría dando rienda suelta a ese desequilibrio a través de la primera forma que llegara a sus manos, ya fuera el cine de acción, el ejercicio de una profesión (la política incluida) o un juego de rol. El medio es lo de menos.

En tal sentido os dejo con unas líneas cargadas de razón de cierto artículo periodístico de Arturo Pérez-Reverte (una de sus estupendas “Patentes de Corso”), titulado Homo Ludens; y con otro artículo escrito por Ricard Ibáñez, al que sin duda podemos conocer como el padre de los juegos de rol españoles, titulado Texto para los que nunca jugarán al rol, y que reproduzco a continuación, como colofón.

Probad a jugar al rol. Buscad una ambientación que os llame la atención y a 2 ó 3 personas bien dispuestas. Coged un manual, echadle un vistazo. No os arrepentiréis, os lo prometo. Y luego me contáis. :-)

Roleros jugando.
“No se avergüencen. Es humano tener miedo de lo que uno desconoce. Y a lo que uno teme, lo ataca, lo desautoriza, procura apartarlo de sí y de sus seres queridos. No se preocupen. Los jugadores de rol lo entendemos. 
Entendemos que en una sociedad básicamente audiovisual como la nuestra, se mire con extrañeza un entretenimiento basado en la imaginación. En el que el jugador, en lugar de adoptar un papel meramente pasivo, como sucede frente al televisor, adopte un papel totalmente activo, creando la narración a medida que la juega. 
Entendemos también que en esta sociedad suya y mía, caro lector que nunca jugará al rol, que tiende al individualismo y la soledad, y cuyo futuro parece ser la relación por Internet, haya locos que aún gusten de realizar una actividad colectiva, reuniéndose en grupos de media docena de amigos, tomando un refresco antes de empezar, jugando unas horas alrededor de una mesa y yéndose después al cine o a cenar. 
Entendemos que miren con desconfianza, ustedes que han vivido toda la vida arropados por normas y reglas preestablecidas, un juego cuyo único límite es la imaginación de los que lo juegan. 
Entendemos, por último, que en un mundo como es éste de principios de siglo, dominado por las nuevas tecnologías, se mire con extrañeza a unos locos que en lugar de jugar delante de un ordenador prefieren volver a la tradición oral, a la narración y al diálogo, como antes de los tiempos del televisor. 
Lo entendemos. No se preocupen. Pero… ¿No les gustaría criticarnos con conocimiento de causa? Entonces, ¿por qué no leen algún manual, juegan alguna partida y luego opinan? Y no les preocupe si no les gusta. A diferencia de ustedes, nosotros entendemos que no a todo el mundo le tienen que gustar las mismas cosas.”

Ricard Ibáñez. Texto para los que nunca jugarán al rol.

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