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Cortesía de Norda la Kéndera

lunes, 3 de mayo de 2010

Capítulo 9: La reescritura


Aquí tienes el capítulo 9 de 10 del curso "Curso Cómo contar historias".

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Enlace:

http://www.mailxmail.com/curso-como-contar-historias/reescritura

Texto:

La forma más habitual de contar una historia es por escrito. Incluso en el cine, antes de que la película se realice, se emplea multitud de papel: tratamiento, sinopsis, escaleta... por lo que ahora que ya hemos repasado la trama, los personajes y las situaciones de la historia que queremos contar, es el momento de volver a sentarnos y rescribir toda la historia.

Ya vimos lo importante que era presentar un texto sin faltas de ortografía, pero, aunque se trate de un texto no literario, hay que ir un poco más allá. Nunca vendrá mal un juego de palabras o una metáfora. Piensa que los demás no tienen porque apreciar ese texto que les acabas de dar con tanta ilusión.

Utiliza una redacción sencilla, concisa y no retórica. En una primera lectura debería quedar claro lo que sucede en la historia. Sea o no un texto literario una redacción compleja siempre dificulta la lectura y puede hacer que "nos perdamos", que no sigamos la historia y que acabemos pensando en otra cosa. Se tiende a pensar: todos podemos escribir sujeto + verbo + predicado y para demostrar lo hábiles que somos, complicamos las oraciones.

Las frases geniales. ¿Por qué poner el sujeto al final de la frase? ¿Por qué utilizar una forma verbal compuesta? Tuve una profesora de escritura creativa que a la hora de corregir los textos que llevábamos, nos recomendaba tener siempre abiertos dos documentos de Word. Uno de ellos sería el texto que estaríamos trabajando y el otro se llamaría algo como "misfrasesgeniales.doc". Ahí iríamos pegando aquellas frases que nos parecen geniales, pero no se entienden.

No abuses de las figuras literarias. Utilízalas con mesura, intención y alevosía, pero nunca recargues el texto.

La reescritura es el proceso más duro. Consiste en corregir todos los errores que hemos ido detectando y volver a analizar el texto de nuevo. Suele pasar que, a cada lectura, volvemos a corregir. No te preocupes, es normal, aunque para algunos escritores llega a convertirse en una obsesión, un bucle infinito del que piensan que nunca van a salir. La reescritura también es la parte más frustrante para la mayoría de los escritores, aunque hay algunos que disfrutan con ella, la mayoría prefiere la parte de la creación pura. Hitchcock, por ejemplo, protestaba los días de rodaje. Decía que él ya había visto la película en su cabeza, pero acababa yendo.

Al final de la reescritura tienes que estar completamente seguro de que cada palabra de tu texto es la que es porque no puede ser otra. Volvamos al ejemplo de la señora cruzando la calle. ¿Señora? ¿Mujer? ¿Dama? ¿Fémina?

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